Un viaje Inesperado
Por siglos, las historias misioneras llenas de aventuras, peligros y desafíos, han inspirado a muchos románticos que sueñan con tener una misión especial que cumplir, y un trayecto lleno de paisajes y culturas diferentes que admirar. Es algo así como una justificación para vivir una historia fuera de serie.
Sin embargo, las expectativas suelen distar mucho de la realidad. La experiencia común del misionero moderno es una mezcla de estrés, expectativas fallidas, y frustración por su propia capacidad limitada. ¿Puede un misionero en un contexto tal vivir una historia épica digna de contarse en los libros? Por supuesto que si.
La apariencia real del sueño anhelado
Cuando me preguntan: ¿cómo es ser misionero? Respondo: -no es como lo esperaba. ¿Significa que estoy insatisfecho con mi labor? Claro que no. Sencillamente veo que hay un espectro de experiencias en los aspirantes a las misiones que se suele repetir. Hay una concurrencia de la idea de romantizar cada aspecto de la vida misionera. Si Dios te llama, Él hará que tu vida sea perfecta. Sin ingresos seguros. Sin morada fija. Solo con la fe y esperanza de que el Señor sostendrá cada paso que doy con ojos cerrados, como mirando al Invisible. Esto se parece mucho a la vida real.





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